1 Samuel 5 - Nueva Versión Internacional (1999)

Libro de 1 Samuel
Capitulos:

12345678910111213141516171819202122232425262728293031

1 - par{qcfs28 El arca en Asdod y Ecrónpar} Después de capturar el arca de Dios, los filisteos la llevaron de Ebenezer a Asdod

2 - y la pusieron junto a la estatua de Dagón, en el templo de ese dios.

3 - Al día siguiente, cuando los habitantes de Asdod se levantaron, vieron que la estatua de Dagón estaba tirada en el suelo, boca abajo, frente al arca del caps Señorcaps0 . Así que la levantaron y la colocaron en su sitio.

4 - Pero al día siguiente, cuando se levantaron, volvieron a encontrar la estatua tirada en el suelo, boca abajo, frente al arca del caps Señorcaps0 . Sobre el umbral estaban su cabeza y sus dos manos, separadas del tronco.

5 - Por eso, hasta el día de hoy, ninguno de los que entran en el templo de Dagón en Asdod pisan el umbral, ¡ni siquiera los sacerdotes!

6 - El caps Señorcaps0 descargó su mano sobre la población de Asdod y sus alrededores, y los azotó con tumores.

7 - La gente de Asdod reconoció lo que estaba pasando, y declaró: El arca del Dios de Israel no puede quedarse en medio nuestro, porque ese dios ha descargado su mano sobre nosotros y contra nuestro dios Dagón.

8 - Así que convocaron a todos los jefes filisteos y les preguntaron: emdash¿Qué vamos a hacer con el arca del Dios de Israel? emdash Trasládenla a la ciudad de Gat emdash respondieron los jefes. Y así lo hicieron.

9 - Pero después de que la trasladaron, el caps Señorcaps0 castigó a esa ciudad, afligiendo con una erupción de tumores a sus habitantes, desde el más pequeño hasta el mayor. Eso provocó un pánico horrible.

10 - Entonces enviaron el arca de Dios a Ecrón pero, tan pronto como entró el arca en la ciudad, sus habitantes se pusieron a gritar: ¡Nos han traído el arca del Dios de Israel para matarnos a todos!

11 - Por eso convocaron a todos los jefes filisteos y protestaron: ¡Llévense el arca del Dios de Israel! ¡Devuélvanla a su lugar de origen, para que no nos mate a nosotros y a todos los nuestros! Y es que el terror de la muerte se había apoderado de la ciudad, porque Dios había descargado su mano sobre ese lugar.

12 - Los que no murieron fueron azotados por tumores, de modo que los gritos de la ciudad llegaban hasta el cielo.